En la campaña que se está terminando de cosechar, el campo va a utilizar 2.032 millones de litros de gasoil en las tareas para sembrar, pulverizar y cosechar los cultivos, procesarlos y transportarlos a los acopios y los puertos, de acuerdo a una proyección de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Representa una inversión de 2.264 millones de dólares o unos 38.200 millones de pesos (la cifra surge de multiplicar el total de litros proyectados por el costo actual del litro de gasoil), una cifra que está un 11% por encima de la de la campaña 2015/16, cuando se utilizaron 1.831 millones de litros.
De acuerdo a Julio Calzada y Sofía Corina, integrantes de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de la BCR y autores del estudio, el aumento del consumo de combustible está relacionado con el crecimiento del área sembrada con granos en la Argentina (de 35 a 36 millones de hectáreas).
En la siembra, pulverización y cosecha de los cultivos se utilizan más de 900 millones de litros de combustible.
También con el aumento de la cosecha de granos, que pasó de 109,7 millones de toneladas (ciclo 2015/16) a unas 125,5 millones de toneladas esta campaña, de acuerdo a las proyecciones de la entidad.
“Influyó en este indicador el aumento de la producción de maíz de 30,1 a 38 millones de toneladas, el incremento en la producción de trigo de 9,6 a 16,6 millones de toneladas y el crecimiento en la producción de soja de 55,3 a 57,3 millones de toneladas”, precisaron Calzada y Corina. Estos últimos datos corresponden a las estimaciones de la Guía Estratégica del Agro (GEA) de la BCR.
La mayor producción de granos de este ciclo supone una mayor demanda de combustible para el transporte, tanto en lo referente al flete corto como al envío de la producción a las terminales portuarias, que se concentran cerca de Rosario, y a las industrias procesadoras.
La producción de granos es un importante demandante de combustible en la Argentina, debido no sólo a los grandes volúmenes de granos y productos derivados que se movilizan campaña tras campaña, sino también a la creciente incorporación de tecnología al proceso productivo agrícola, que deriva en una mayor utilización de maquinaria y equipos”, explica el informe.
Para estimar el volumen de gasoil que se consume al sembrar, pulverizar y cosechar los granos, los especialistas de la Bolsa rosarina toman como medida el combustible que utiliza una máquina mediana y también se suma el gasoil que se consume para transportar los insumos, entre otras variables. El trabajo estima que en esta etapa del proceso productivo se utilizan 903 millones de litros de gasoil.
Al calcular el consumo de combustible para transportar los granos, el estudio analiza el flete corto (distancia de la chacra al acopio), los fletes largos (desde el acopio a los puertos o a la industria procesadora). En este rubro (el más importante, ya que más del 80% de la cosecha se mueve en camiones), el estudio calcula que se consumen unos 1.095 millones de litros de combustible.
El transporte de los granos en ferrocarril, que transporta el 14% de la cosecha, va a utilizar 34 millones de litros, según la proyección de la Bolsa rosarina. La diferencia es tan importante porque al transportar los granos en tren se consume una cuarta parte del gasoil, en comparación con un camión (que consume 0,40 litros gasoil por kilómetro).
El estudio concluye recordando que el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales, de la Sociedad Rural, estima que el consumo total del sector agropecuario es de 3.800 millones de litros anuales. En esta cálculo se computa no solo los principales cultivos agrícolas, sino también la ganadería, la producción forestal y las frutas y hortalizas.
El estudio de la BCR, en cambio, se focaliza en la utilización de combustible para producir y transportar soja, maíz, girasol, sorgo, arroz, maní, trigo, avena, centeno, cebada cervecera, alpiste, cártamo, colza, lino, cebada forrajera y trigo candeal.
Fuente: Clarín Rural
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